sábado, 8 de junio de 2013

“Islas Flotantes” – Joyce Mansour


Conocía a la enigmática Joyce Patricia Adès (1928 – 1986) mejor conocida como Joyce Mansour por su trabajo como poeta surrealista con el libro “Gritos, desgarraduras y rapaces” (Igitur Ediciones) y por sus vínculos al grupo de André Breton y Alain Bosquet; sabía muy por encima que Mansour tenía una corta bibliografía que incluye ensayos, obras de teatro y un par novelas cortas, encontrar todo esto es de una dificultad tremenda (al menos en español y mas para nosotros en Venezuela), es por eso que me ha sorprendido mucho encontrar en el catalogo de Editorial Periférica la traducción al español de “Îles flottantes” una novela a la que siempre deseaba tenerla en mi biblioteca y en la que el lector será víctima de una permanente agresión literaria desde que se abre el libro hasta cerrarlo; donde la autora nos sumerge con su prosa para nada flotante en un universo que se mezcla el deseo sexual, las fantasías fálicas, el amor de familia y una terrible enfermedad llamada cáncer.

Básicamente toda la obra de Mansour se encuentra enmarcada entre dos temas; uno, el paso del tiempo en el hombre y como lo va disminuyendo día a día, de cómo envejecer se convierte en una pesadilla y más aún cuando las enfermedades nos desgastan delante de nuestros seres queridos y dos, un erotismo donde las descripciones sexuales son casi milimétricas en cada detalle. Con estos dos ambientes tan bien trabajados Mansour logra hacerse un lugar dentro de todo ese movimiento literario de Breton y el surrealismo, su prosa poética es de un nivel complejo y fulminante “Islas Flotantes” se construye con frases que son hilvanadas y que pueden separarse fácilmente para dar forma a poemas si uno desea arriesgarse a leerlo de esa manera, esto hace que se convierta en un libro complejo y con una gran cantidad de escondites literarios que a veces es necesario volver a leer algunas frases para refrescar las imágenes tan fuertes que se hacen a medida que lo leemos y lo vivimos.

En “Islas Flotantes” Mansour se hunde en el doloroso y delicado mundo de describir detalle a detalle la muerte de su padre agonizando por el cáncer; irónicamente la habitación en la que su progenitor poco a poco va desmejorando lleva el número 666, Mansour ha sabido llevar muy bien desde el comienzo hasta el final en esta violenta novela corta al lector con una prosa de una melodía que es tocada con absoluta tristeza, así como momentos donde de una manera escatológica nos puede describir unas escupideras llenas de sangre y excremento, unos pasillos de un hospital desangrándose de pacientes que salen casi arrastrándose de cada una de sus habitaciones en las que se encuentran ordenados de una manera muy política por decirlo de alguna manera, donde la descripción de el pene erecto de su padre la encontramos presente en mas de una oportunidad en la historia, donde sobrevivir en ese hospital en el que cada enfermo se encuentra literalmente a su suerte hace que el relato sea aun mucho mas decadente y doloroso. Todo esto enmarcado finamente bajo los nombres y citas de Hölderlin, Lord Byron y hasta un Carl Jung.

Cada página no se puede negar que llega a perturbar, lograr mezclar las palabras sangre, agonía, sexo, muerte y esperma lo pueden hacer muchos, pero hacerlo bien es lo mas difícil y Mansour sabe muy bien hasta donde puede empujar sin destruir su poesía que toma vida en estas islas flotantes, para que el lirismo puro de cada línea lleve un tono de sube y baja, cada línea a pesar de lo escatológico que se puede mostrar es música literaria al leerlas.

“Islas Flotantes” es una obra desconocida, de esas que uno guarda con especial cariño ya que se convierte en un fetiche de biblioteca. Mansour es un látigo literario, da muestra con este libro que se abre una puerta a una historia que termina atrapándolo a uno para no soltarlo hasta el asfixiante final, “Islas Flotantes” es un carrete de hilo que se enreda y uno debe comenzar a desenlazar. Lo recomiendo solo para quienes desean una lectura agonizante y asfixiante con una hermosa prosa a pesar de su violencia. Me ha recordado el libro “Zonas Húmedas” de Charlotte Roche (Editorial Anagrama), hay una gran diferencia de época entre ambas pero la violencia física, sentimental y escatológica se hacen reflejo una a la otra, no me extraña que Roche haya bebido de Mansour para escribir “Zonas Húmedas”.

“Islas Flotantes”
Joyce Mansour
Editado por Editorial Periférica (2012)
114 páginas

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