“Como vuelvas a sonreír –pensó Cillian-, esta noche vierto el bote entero de desatascador en tu loción vaginal”
¿Hasta que punto la búsqueda de la felicidad para una persona son las cosas más sencillas de la vida?, ¿se puede ser feliz solo siendo una persona de esas que llaman normal, del montón o de esos que se sientan a tu lado y que no conoces?, ¿qué sucedería si una persona no puede ser jamás en toda su vida feliz sin aparente razón alguna?, ¿se puede ser feliz maquinando milimétricamente la destrucción de la vida de otras personas?. Estas son las preguntas que rodean la obra complemento a la excelente película “Mientras Duermes” de Jaume Balagueró.
En el prologo escrito por Balagueró y que nos introduce al libro nos
explica que esta película y que poco tiempo después se convertiría en novela nace
realmente solo como un guión que cae en sus manos, al darse cuenta del
potencial sumado a la fuerza de esta historia absolutamente perversa, retorcida
y tejida de manera magistral Alberto Marini (creador del guión) decide entonces
escribir una novela donde se muestre mucho más a profundidad la historia y
razones de este personaje tan complejo que vive de una violencia interna sádica
y perversa, que solo disfruta destruyendo la supuesta felicidad de otros.
Cillian es el portero de un edificio en New York que goza del cariño y el
respeto de gran parte de el lugar donde trabaja, cada día atiende a todos con
una inmensa sonrisa y con una educación maravillosa, en su pasado era un
enfermero y fisioterapeuta dedicado a su trabajo; pero Cillian cada día desde
los 16 años busca 3 razones para vivir y 3 razones para morir, su único impulso
es saber que cada día al despertar sabe que ese podría ser el día que al fin
acabe consigo mismo (Cioran estaría riendo con este personaje), Cillian posee
un impulso a sobrevivir a si mismo en su juego nocturno al borde del pent house
del edificio y en lo único que piensa es en que nadie, absolutamente nadie
pueda ser feliz ni sonreír, para el la vida solo vale la pena vivirla si logra
controlar la de sus vecinos y únicamente
si se disfruta de el dolor que observa en cada uno de ellos, un dolor no físico ya que el sería incapaz de
hacer un daño que no sea maquinado previa y lentamente, donde lo principal es
que no se maltrate físicamente a nadie bajo ninguna circunstancia, pero siempre
encontrando razones y motivaciones para no ver sonreír a nadie.
Uno de sus hobbies es perseguir gente aparentemente triste en las calles,
con el pasar del tiempo ha desarrollado una manera de identificar a quienes
llevan un pesar sobre sus hombros y mientras los acecha paso a paso va
imaginando las razones para que ese desconocido cargue con ese sufrimiento y
esa tristeza. Cillian en resumen es uno de esos personajes en la literatura que
uno agradece conseguir, es un personaje redondo donde todo encaja a la
perfección, su violencia aunque no hay rastros de las razones por las que se
comporta de esa manera Marini logra darle la forma para que su no felicidad sea razonable y hasta
entendible por todos.
Existen algunas diferencias notables entre la película de Balagueró y la
novela de Marini; así encontramos el personaje de Alessandro un joven con casi
inmovilidad absoluta y ganas de morir a quien Cillian ayuda a mejorar pero también
le cuenta cada uno de sus logros en
borrar las sonrisas a sus vecinos y Alessandro no sabe si disfrutar o sufrir
con estas historias, la madre de Cillian no se encuentra hospitalizada y el
hecho de que ella goce de salud es una razón para que Cillian la haga sufrir
cada día, el asesinato de el esposo de Clara es terriblemente fuerte y mucho
más sangriento que en la película, una preparación de tortura paso a paso hacia
Clara en su apartamento, incluyendo una descripción bastante intensa de una de
tantas violaciones hacia ella mientras duerme; así como un final totalmente
lejano al que podemos disfrutar en la película, ambos finales a pesar de ser
tan distintos son perfectos; en lo personal me quedo más con el final del libro
porque cierra de una mejor manera el personaje de Cillian y le da mejor forma a
sus razones de no vida, pero como
bien lo explica su director en el prologo ambos trabajos son complementos; se
debe leer la novela y ver la película o viceversa.
Lo que si es claro es el acierto de Balagueró al escoger a un genial Luis
Tosar para llevar a la pantalla grande a Cillian, solo un actor con un nivel
como Tosar puede dar vida a un personaje tan complejo, tan lleno de odio,
sentimientos sádicos y agresivos como lo es Cillian. Ya lo había logrado con
dos personajes inolvidables para mí como lo son “ “ de “Te Doy Mis Ojos” y Malamadre de
“Celda 211”,
al leer la novela la cara que nos habla durante toda su lectura es sin lugar a
dudas la de Luis Tosar.
A riesgo de equivocarme o que mi fanatismo a Bret Easton Ellis y su
“American Psycho” (novela que siempre tendré en la cabecera de mi cama)
encuentro algunas similitudes entre Cillian y Patrick Bateman, de hecho a
riesgo de pecar más profundo y placenteramente encuentro también algunos rasgos
en la manera de escribir de Marini con Easton Ellis, probablemente me equivoco
y esto no es una critica en lo absoluto, al contrario en mi opinión hace que la
novela la disfrute aun mucho más.
En definitiva “Mientras Duermes” la he devorado rápidamente, me ha
entretenido al máximo, cada personaje se encuentra en el lugar indicado y en ningún
momento le encontré nada que sobre ni que falte; la recomiendo en su totalidad.
Durante su lectura es interesante como Marini logra insertar frases tan fuertes
y contundentes que logran mover al lector; las frases más agresivas y sádicas
se encuentran en el lugar preciso, no hay un abuso de violencia, la ira y el
sadismo de Cillian se encuentra justo en el lugar correcto.
Pero las preguntas que deja abierta esta novela tan intensa y violenta son,
¿somos realmente felices metidos en nuestra caja llena de ratones humanos y que ellos creen que son felices?, ¿conocemos
realmente la felicidad? o finalmente ¿vale la pena ser feliz?. En lo personal
Cillian me ha dejado muy claras las respuestas a estas tres preguntas.
“Mientras Duermes”
Alberto Marini
Editado por Plaza & Janes (2011)
346 páginas
346 páginas
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