La “Generación Chat” tiene varias voces y Tao Lin es una de ellas (algunos se atreven a decir que es el pionero en este género), la revista “The Stranger” de Londres lo considera como uno de los mas grandes novelistas norteamericanos en la actualidad con tan solo 28 años, su trabajo como Blogger le ha dado mucha notoriedad y respeto en la autopista de Internet, uno de los pocos escritores que utiliza al máximo los beneficios de las redes sociales para mantenerse en contacto con sus lectores y detractores, conocido y respetado dentro de las letras contemporáneas de New York con dos libros de Poesía, dos libros de pequeñas historias, tres novelas (solo dos traducidas al español), trabajando actualmente su tercera aun sin titulo y muchos dicen que se trae entre manos un futuro proyecto cinematográfico. Algunos críticos lo han llegado a llamar “el Kafka de la generación Ipod”.
El trabajo de Tao Lin es la voz de una generación que se siente perdida y hundida en la tecnología, en su obra uno se topa con mucha desesperanza y tristeza, personajes que sufren de trastornos sociales y problemas de aceptación, donde el exceso de información se convierte en odios y conflictos; una generación chat que en lugar de unir y abrir horizontes lo que hace es que los jóvenes sean mucho mas tímidos detrás de un teclado, donde en lugar de mostrar luz en el futuro Tao Lin llena a sus personajes de oscuridad y un camino sin salida.
Tao Lin me recuerda en muchos momentos a Thomas Bernhard pero del otro lado del ring, mientras Bernhard hace una larga e imparable cadena de palabras Lin hace lo contrario, frases cortas, como dardos envenenados, escribe en forma de chat corto y preciso, pero en conceptos Bernhard y Lin manejan mucho los mismos temas, personajes obsesivos que avanzan y retroceden sin parar, donde entrar en sus vidas es hundirse en una especie de película surrealista y depresiva, donde lo irracional interactúa con lo racional.
La influencia de Bret Easton Ellis es notable aparentemente en gran cantidad de nuevos escritores, esa violencia a punto de ebullición, esos conflictos que marcaron una época en su primera novela “Menos que Cero” sin duda alguna ha influenciado y seguirán influenciando a todos estos jóvenes escritores que han comenzado a mostrar talento en demasía.
Andrew trabaja en Domino’s Pizza despachando pizzas de puerta en puerta, su vida la considera y se nos muestra insípida en abundancia, Andrew permanentemente resalta que no existe el futuro para nadie, su felicidad y su sonrisa es únicamente mental, no logra entender las diferencias entre los seres humanos, no desea vivir pero no quiere suicidarse y todo esto lo lleva a crear a su alrededor escenas absurdas y sin sentido para nosotros viendo osos que riegan jardines, delfines que le hablan y lanzan bombas de humo que asesinan a Philip Roth, Elijah Wood y Salman Rushdie, o hamsters que lo ayudan en su carrera contra McDonals’s; eso es lo que se encuentra en la oscura “ééééé, ééé, éééé”.
En esta obra existe una fuerte influencia de Fernando Pessoa a quien le dedican una parte hacia el final del libro, un homenaje que merece ser leído, un análisis bastante serio sobre la tristeza y la visión de la vida que nos hizo vivir y sentir el eterno poeta de tantas vidas; el monologo del presidente en la mesa es una manera de cerrar el libro magistralmente.
No es un libro de lectura fácil, es bastante complicado por los cambios abruptos entre personajes, la velocidad que nos lleva lo corto de muchas líneas confunde y se debe regresar para verificar quien dijo que; lamentable la portada del libro me parece terrible, la versión original y la versión en español, de las peores que he visto en mucho tiempo.
Lo único que nos deja bien en claro Tao Lin es que todos, absolutamente todos estamos signados al fracaso.
“ééééé, ééé, éééé”
Tao Lin
Editado por El Tercer Nombre (2007)
143 paginas
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